Kanban en 30 días no es un libro enfocado en el marketing digital.  No es un manual para nosotros, sino para desarrolladores, pero le podemos sacar partido a alguno de sus conceptos.Tomas Björkholm  y Jannika Björkholm se enfocan en procesos donde cada equipo de programadores deben tener su pieza de código en el momento adecuado. Como la famosa producción de Toyota y su just-in-time.

El proceso Kanban es un método de trabajo que intenta evitar la sobrecarga. Funciona bien si tenemos un control de los procesos. Pero también de la oferta y la demanda.

Pero cuando estamos hablando de marketing digital, el performance de las campañas, encontramos dificultades para poder implementar Kanban: inestabilidad de la oferta, de la demanda, de directivos, de planes de negocio, etc…

Los procesos a veces son más rápido y en 2 semanas ya debe haberse lanzado y cerrado una campaña que te han avisado con 24h de antelación. O es la diferencia entre mano de obra y el tiempo lo que hace imposible la aplicación de Kanban. No solo en las agencias, sino los propios clientes que contratan agencias o las empresas con marketing inhouse.

Kanban: Para los stakeholders de campañas digitales

Es problemático también el concepto de fin. En productos físicos o software, hay un final. Aunque haya un proceso contínuo, si podemos fijar una fecha de lanzamiento. Sin embargo una campaña de marketing en PPC suele ser o muy estacional y rápida o perenne.

Kanban en 30 días: Curva del cambio
Aplicar Kanban requiere de esfuerzo humano y el cambio siempre es un desafío

Por eso, Kanban en 30 días, es un buen manual para entender bien cómo funciona. Por qué entre nuestros compañeros de desarrollo puede tener utilidad: creación de landing, de email marketing, diseño, banners, contenidos…Pero también por qué no vamos a poder aplicarlo en Marketing Digital. O al menos a las campañas de performance donde el comportamiento humano es un tanto aleatorio.

Un libro de marketing digital no solo debe ser una guía para imitar, sino aprender. A veces solo para reflexionar y tomar algunos puntos para aprobar y otros para desechar, pero siempre desafiando, como la curva del cambio, el pasado y el presente.

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